Si llegamos demasiado tarde, y ya miraste este anime, no necesitamos ni que lo digas: el final fue… bastante malo, por no decir otra cosa. Para aquellos que todavía no miraron Ousama Game, debemos decirles que no pierdan su tiempo; no solo por el final, sino por el principio y por el desarrollo también. Con una premisa interesante que tiene como protagonista a Nobuaki, involucrado en un juego mortal, este anime resulta llamativo… pero eso es todo.

Ousama Game tiene un buen comienzo, pero pronto muestra sus fallas: cada capítulo ocupa más tiempo en flashbacks al pasado de Nobuaki que en mostrar cómo avanza el juego en el presente. Las voces de los personajes resultan bastante monótonas y carentes de emoción, la animación baja en calidad hacia los capítulos finales y las explicaciones que dan sobre el “juego del rey” son rebuscadas. No esperamos que un anime no tenga su dosis de fantasía y rompa alguna que otra ley del sentido común, pero podemos estar de acuerdo con que Ousama Game se dejó llevar, y el producto final no merece ser visto.

A cualquier fan de Free! le puede resultar atractiva la idea de otro anime más cuya trama gire en torno a una pileta de natación. Lo cierto es que podría llegar a serlo, pero no es el caso de Dive!! Tomoki encuentra en los saltos ornamentales un deporte apasionante, por lo que decide unirse al club para entrenar. Con la premisa típica de un anime deportivo, comienza a mostrar los diferentes personajes y la problemática central: el club que todos aman corre riesgo de ser cerrado por falta de miembros, y deben conseguir que al menos uno de los chicos clasifique a los juegos olímpicos.

Lo cierto es que, con el conflicto ya planteado, no vemos mucho más que entrenamiento, chicos en pequeños trajes de baño y una gran cantidad de fanservice, típico de los animes de este género. Una cosa es segura: las fujoshis se lo pasarán en grande shippeando a más no poder, pero dejando eso de lado, Dive!! no es un anime de deportes que genere adrenalina ni ganas o saber qué pasa a continuación.

Battle Girl High School adapta la historia de un videojuego con el mismo nombre, por lo que muchos seguidores del juego estaban ansiosos por su estreno. Pero el resultado no era el esperado puesto que, si bien las waifus le aportan algo positivo, la trama en sí no es muy buena… sin mencionar que es un clásico cliché: en un futuro distante, unas criaturas extrañas invaden la Tierra, y es tarea de las protagonistas eliminarlas.

Si bien la información que provee el anime es fiel al material original, tal vez sea esa una de sus mayores fallas también. Si odian los capítulos de relleno, entonces manténganse alejados de Battle Girl High School, ya que para un anime de 12 episodios, la cantidad de fillers es llamativa, por no decir exasperante. Sabemos que hay gustos para todo, por lo que si te gusta ver cómo lindas waifus luchan con armas gigantes, tal vez deberías darle una oportunidad. Si no es el caso, ya sabes qué hacer.

La temporada de anime 2017 no arrancó con buen pie al lanzar Hand Shakers. En una producción original de GoHands, se puede notar el esfuerzo que han puesto para lograr un anime que llame la atención del público. Si bien muchos lo han disfrutado —y lo respetamos—, es justo decir que este anime no tiene muchas cosas a favor.

La trama ya resulta confusa a primera vista, con personajes que luchan en una dimensión alterna para acumular victorias y así poder enfrentarse a Dios.

Reconocer a estos hand shakers es fácil, ya que siempre deben estar de la mano, o al menos en teoría, puesto que a mitad de camino los protagonistas olvidan este pequeño detalle, aunque podemos hacer la vista gorda por las fallas más grandes que presenta. La trama no es lineal y lleva al espectador hasta cierto punto para luego volver hacia atrás, haciendo todo más confuso. El diseño de los personajes es, en vías generales, un tanto pobre; todos parecen planos, efecto que se evidencia más aún con los fondos casi 3D. En definitiva, Hand Shakers es un intento de poner a un estudio relativamente nuevo a la altura de casas de renombre, pero que falla miserablemente....

No es poco común ver cómo se adaptan juegos otome, novelas visuales y demás aplicaciones populares a un anime, y ese es el caso de Dynamic Chord. El género de los bishounen que cantan, bailan y visten ropas brillantes sobre el escenario ha sido explorado a lo largo de los años, algunos triunfando y otros fracasando. ¿Cuál es el problema con este anime? Uno esperaría que, habiendo estado involucrado un estudio tan grande como lo es Studio Pierrot, debería salir un buen producto, pero el error con Dynamic Chord radica en su falta de argumento.

La historia sigue a varios personajes que pertenecen a la misma agencia, sus vidas como músicos y demás. Pero más allá de eso, no hay una trama mucho más profunda. Para ser un anime cuyo punto central es la música, poco es lo que se muestra ya que los personajes pasan más tiempo haciendo otras cosas más que cantando, y cuando por fin lo hacen la música es bastante mala; a decir verdad, las voces no son de lo mejor. Para los fanáticos de la música, lo lamentamos, pero deberían abstenerse de mirar Dynamic Chord.

Love Kome es una mezcla un tanto extraña. Hinohikari ama el arroz, y su propósito es convertirse en el rey de la cosecha, para traerle honor al arroz; el problema es que —muy curiosamente— ya a nadie le gusta este grano, por lo que el joven deberá esforzarse mucho para conseguir su objetivo. Con 4 minutos por episodio, podemos aceptar una premisa un poco tomada por los pelos, pero como estamos haciendo una lista de animes que debes evitar, no nos queda más opción que incluirlo.

El propósito de este anime es promover el arroz que se consume en Japón, utilizando una amplia gama de bishounen con cabellos de colores para llamar la atención del público, en especial del femenino. Debemos darle crédito por intentarlo, pero lo cierto es que no logra demasiado. Tal vez mirar Love Kome no deje una sensación de haber desperdiciado tiempo valioso por la corta duración, pero de todas formas sugerimos no intentarlo.

Al igual que ya pasó en One Room, este anime pone al espectador como protagonista de la historia que se desarrolla. Es básicamente un otome game, solo que no puedes elegir las opciones y debes mirar la pantalla mientras los distintos personajes deciden por ti. Está bien, los chicos que aparecen en Room Mate son atractivos visualmente, pero eso no compensa las fallas del anime. La falta de una trama es algo que no se puede perdonar, aun cuando el anime solo dura 4 minutos por capítulo.

Por empezar, la primera persona puede ser una perspectiva un tanto incómoda para quien está mirando, sobre todo teniendo en cuenta que los personajes están hablándole y no pueden hacer nada. Uno solo puede observar, intentando no sentir vergüenza ajena mientras Aoi, Takumi o Shinya hablan y esperan una respuesta que jamás les llegará. Room Mate está claramente orientado al público femenino, poniendo tres chicos lindos para llamar la atención, y si bien hay tres ikemen que se desviven por conquistar a la persona del otro lado, la falta de un protagonista es un punto en contra para cualquier programa.

¡Otro anime de corta duración! Y luego dicen que lo bueno viene en frasco pequeño..., Omiai Aite wa Oshiego, Tsuyoki na, Mondaiji se las arregló bastante bien para hacerse un lugar en este conteo. Si bien tiene una premisa interesante, todo lo demás es bastante cuestionable y para nada apetecible. Nano Saikawa es una profesora que no ha pensado en el matrimonio, pero se ve obligada a asistir a una entrevista matrimonial, obligada por su padre. Allí conoce a Souji Kuga, un joven bien parecido que llama su atención, pero lo que ella no sabe es que Souji es en realidad un estudiante de secundaria, con la diferencia de edades que eso significa..

A quienes no les guste este tipo de relación, ¡les recomendamos hacer de cuenta que este anime no existe! Sumado a esto, tenemos que decir que el contenido ecchi aquí se va un poco de tema, bordando lo innecesario. También pueden darse momentos de vergüenza ajena, ya que Nano es una protagonista bastante boba, pudiendo sacar de sus casillas hasta a la persona más paciente. Si decides darle una oportunidad a pesar de nuestros consejos, te deseamos buena suerte...

Ya tuvimos One Room, ¡y ahora le toca a su serie prima! A diferencia de Room Mate, este anime está dirigido a un público masculino, ya que los personajes con los que se puede “interactuar” son mujeres. Las tres chicas son una vecina, una amiga de la infancia y una hermana, quienes se acercan al “protagonista”, le hacen preguntas, esperan una respuesta —que ya dijimos nunca llega, por más que uno le grite a la pantalla— y luego contestan.

De más está decir que la vergüenza ajena está a la orden del día, puesto que tenemos que sentarnos frente a la pantalla y dejar que las chicas hablen solas, sin poder hacer nada más que escuchar. Es mucho más recomendable bajarse un juego al estilo otome game que sentarse un aproximado de 4 minutos por episodio a escuchar lo que las jóvenes tienen para decir. Una cosa es hablar con Dora la Exploradora, y otra es ver este anime...

La sinopsis de Souryo to Majiwaru huele a anime de Romance con toques de Drama, lo que puede llevar a algún desprevenido a darle una oportunidad. ¡No lo hagan! Si quieren saber por qué, no se preocupen, ahora les contamos de qué va: en la reunión de la secundaria, Mio se reencuentra con su amor de aquel entonces, Takahide, quien ahora es un sacerdote en el templo familiar. Por supuesto, lo lógico es pensar que los monjes deben abstenerse de cualquier tipo de actividad romántica… pero no es el caso de Takahide, que seduce a Mio y no tarda en llevarla a la cama.

Uno de los mayores problemas es la cantidad de escenas que están un poco más allá del ecchi, en un anime que tiene una duración de apenas 3 minutos por capítulo. Las tendencias del personaje masculino principal bordan con la violación, muchas veces forzando a Mio en formas reprochables. Souryo to Majiwaru Shikiyoku no Yoru ni… es un anime que entra fácilmente en la categoría del Smut, y que no tiene ninguna trama más allá de dos personajes teniendo sexo en varias oportunidades, en distintos lugares.