Clannad no fue ni de lejos el primer anime que vi, ni muchos menos el más reciente. Sin embargo, en un momento delicado de mi vida en el que creía muchas emociones perdidas, este alucinante anime llegó para demostrarme que el mundo, tan cruel como es, también pude ser un lugar muy hermoso. Su primera temporada fue enternecedora y entretenida, pero es en el After Story donde podemos apreciar algo poco frecuente en el mundo del anime: el futuro de la pareja. Clannad After Story fue la primera (al menos para mí) en saciar la necesidad de saber que sucedería con la relación de la pareja prometida: Tomoya y Nagisa.

Esta segunda temporada deja de lado el típico romance escolar que ya hemos visto cientos de veces y se centra en las decisiones y metas futuras de Nagisa y Tomoya: abandonar el hogar, graduarse, conseguir un empleo, casarse y formar una familia. De forma espléndida y realista, la historia poco a poco se va tiñendo de tragedia ante el suceso que todos presentimos que ocurrirá, aunque ello no evitará que nos deshagamos en un mar de lágrimas cuando pase. Aquí no hay poderes misteriosos o eventos mágicos, es el mundo real en donde perder a alguien es algo natural.

Pero la esperanza resurge, en la forma de una pequeña niña llamada Ushio. La historia continúa y se desarrolla de forma imprevista, esperanzadora y casi mágica cuando Tomoya empieza a reconstruir su vida poco a poco al lado de su hija. Rápidamente esta historia se acerca a su final y vaya: ¡que final! Los misterios cobran sentido, las dudas se resuelven y el milagro que nadie esperaba sucede. Se cierran telones con el nostálgico ending de la primera temporada y con el corazón en paz, descansamos por fin de ese torrente de emociones. Clannad es una obra magistral, única en su género e imperdible para todo fan del anime.

Ya me había consagrado fan de Kota Hirano con la primera versión del anime (si ya saben, esa que no respeta para nada el manga), pero fue cuando apareció la primera OVA de Hellsing Ultimate en 2006 que supe que Hellsing se convertiría en uno de mis clásicos favoritos de la vida. Sarcástico, cruel y melancólico es el protagonista que se nos presenta en esta historia: Alucard, el Rey sin Vida, quien es un vampiro (el mismísimo Conde Drácula de hecho) que trabajaba como exterminador de su especie para la organización Hellsing. Brutal y despiadado, este personaje llamó de inmediato mi atención por su carisma malvado: uno de los primeros antihéroes que conocí.

Pues bien, una historia compleja y sangrienta como la de Hellsing es justo lo que necesitaba un fan como yo quien, por aquel entonces, todavía no había disfrutado mucho del género y buscaba tramas más completas y sólidas. Vampiros, nazis, el vaticano y Londres fue la curiosa combinación que dio por resultado una trama Sobrenatural como nunca se había contado antes. Una animación de primera y un elenco de seiyuus perfecto fueron quienes dieron lugar a un clásico eterno para los fans del género Gore y Sobrenatural.

Pero todos estos puntos fuertes palidecen en comparación a la verdadera razón por la que todos vimos (o deberían ver) dichas OVAS: Alucard. Uno de los personajes más destacables del mundo del anime, el vampiro favorito de todos y uno de los vampiros más poderosos. Alucard es un personaje que va a la deriva a lo largo de la serie, sin ningún objetivo realmente claro (salvo servir a Integra). Sin embargo, es a partir de la octava OVA que profundizaremos en el personaje, en su verdadera identidad y en la que podremos observar en toda su magnificencia el regreso del legendario Conde que dio origen a la leyenda.

Steins;Gate es la que considero, la obra maestra de Ciencia Ficción del anime. Dicen que una buena historia de Ciencia Ficción siempre conlleva un poco de ciencia real detrás, y eso es exactamente lo que nos ofrece la trama de Steins;Gate: una historia realista con personajes verdaderamente humanos. Aquí no tenemos avanzados laboratorios de alta tecnología ni tampoco intrépidos y sobrehumanamente inteligentes científicos; Steins;Gate se desarrolla en un simple apartamento en el que un grupo de amigos (bastante peculiar) se topan con un descubrimiento increíble y un secreto que nunca debieron conocer.

Steins;Gate basa su trama en los archiconocidos viajes en el tiempo, pero de una forma simplemente única: mensajes de teléfono enviados a través de un microondas. Okabe, un autoproclamado científico loco y los demás miembros de su “laboratorio”, serán quienes desarrollen por accidente este peculiar artefacto, logrando perfeccionarlo con la ayuda de Kurisu Makise: una científica genio quien acompañará a Okabe en sus locuras, así como en sus tortuosos viajes al pasado para ser capaces de plantar cara la maligna organización SERN.

Es difícil engancharse al principio, lo sé. Los primeros episodios (salvo alguno que otro suceso curioso o extraño) pasan desapercibidos y sin mayores emociones. Pero que esto no te engañe, poco antes de la mitad la historia empieza a acelerar de una manera inesperada transformándose de una trama de Ciencia a un Misterio oscuro, para finalmente convertirse en una emocionante carrera contra el tiempo en el que nuestro alocado protagonista Okabe debe tomar responsabilidad de sus acciones y arreglar sus errores, aún a costa de la felicidad de sus amigos y de su primer amor.

Atrapado pero insatisfecho por el trágico final de su adaptación predecesora fue cuando me decidí a ver esta trilogía de películas que supuestamente adaptan de forma más fiel el arco origen de la historia de Berserk: La Edad Dorada. Fue esta maravilla la que terminó por consagrarme como fan acérrimo del mundo Berserk y posicionar a Guts como mi antihéroe preferido del todo el anime.

La historia se desarrolla en una época medieval, donde reyes y ejércitos pelean por la supremacía de la tierra media; y en la cual se nos introduce a los dos personajes que protagonizarán esta sangrienta Fantasía Oscura: Guts, el Espadachín Negro y Griffith, el Halcón Blanco. Enemigos al principio, estos personajes terminan por volverse aliados y camaradas de la Banda del Halcón (de quien Griffith es el líder) para pelear por el rey de Midland en busca de sus sueños de gloria y fama.

Sin embargo, las ambiciones de Griffith y la inseguridad de Guts serán quienes den origen al horrendo evento que tendrá lugar en la tercera película: El fatídico Eclipse. Representado con una increíble animación, este perturbador evento es el que desencadenaría la trama futura y posicionaría a Berserk como la obra maestra que todos conocemos hoy en día. Esta imperdible trilogía es una joya del anime que no puede pasar desapercibida a ningún fan del género.

El primer anime que vi y que, dejando de lado el fanatismo y tras mucho meditar, se posicionó como el mejor anime de la historia. Particularmente nunca me sentí demasiado atraído por el género Mecha, Gundam Wing y sus variantes me pasan desapercibidos hasta la fecha, pero fue Evangelion el que me demostró que una historia de robots puede ser algo más que choques de metal y rayos luminosos. Profunda y extremadamente compleja, la trama de este pilar del mundo del anime (y no lo digo solo yo) se ambienta en un mundo post apocalíptico, en el que debido a un misterioso evento conocido como el “Segundo Impacto” la humanidad ha sido diezmada brutalmente.

La historia da inicio 15 años después, con la aparición de un monstruo gigantesco conocido como el Tercer Ángel: Sachiel. Nuestro protagonista, Shinji Ikari, de pronto es llamado por su padre Gendo, quien es comandante de la organización NERV (encargada de pelear contra esos misteriosos seres) para pilotar al “robot” más mítico e icónico del anime: El EVA 01. Durante los próximos 26 episodios podremos ser testigos de un mundo muy complejo que mezcla religión, ciencia y la esencia humana para redefinir el género Mecha y contar una historia nunca antes vista; por supuesto, acompañada de alucinantes combates entre EVAS y Ángeles.

Pocas series pueden jactarse de provocar un “antes” y un “después” en el mundo del anime y sin lugar a dudas Evangelion es una de ellas. Con personajes extremadamente humanos y complejos, llenos de inseguridades y miedos reales; esta serie explora la psicología humana y el misterio del concepto del alma como ninguna obra antes lo había logrado (no solo en el anime), siendo tan profunda como violenta pues los combates con los Ángeles son brutales y no escatiman en graficar la violencia. Sin un popular manga detrás que lo respalde, este anime alcanzó su fama y gloria basándose en una idea original cuya calidad no ha podido ser igualada incluso hasta nuestros días.