Aún no conocía mucho del mundo del anime cuando me topé con Natsume Yuujinchou. Sabía que me llamaban la atención las historias con youkais y espíritus, por eso cuando leí la descripción de este anime, me cautivó. Mi primera impresión: estaba mirando el primer capítulo, pañuelo en mano y llorando a más no poder. Es justo aclarar que me caracterizo por ser una persona bastante sensible y que llora con facilidad, pero también es cierto que Natsume Yuujinchou es un viaje plagado de emociones.

La historia nos presenta a Takashi Natsume, un adolescente que puede ver seres sobrenaturales, habilidad que le ha acarreado problemas a lo largo de su joven vida. Tras heredar el Libro de los Amigos, Natsume está constantemente rodeado de youkais que acuden en su búsqueda ya sea para pedirle ayuda o para acosarlo. Es por este libro también que Nyanko-sensei, un youkai que puede tomar la forma de un gato de la fortuna, lo acompaña a todos lados, ejerciendo su rol como guardaespaldas del joven. A medida que el anime progresa, Natsume se encuentra con diversos tipos de espíritus que necesitan distintas cosas, y a todos los ayuda por igual.

¿Qué hace de Natsume Yuujinchou un anime especial? Por empezar, la relación entre Natsume y Nyanko, cómo los dos interactúan y cómo el youkai, a pesar de manifestar su deseo de comerse al muchacho, siempre está pendiente de él, ayudándolo cada vez que lo necesita. Por otro lado, la relación entre Natsume y los demás espíritus, cómo traba amistad con ellos y las aventuras que viven juntos. Cabe mencionar también la música de este anime, así como también los dibujos, que aportan mucho a la historia, brindándole a Natsume Yuujinchou ese aire cálido y alegre que lo caracteriza.

Nodame Cantabile se ganó un lugar en mi corazón desde el primer capítulo. Es que, siendo yo una persona que disfruta mucho de la música clásica, me encontré sumergida en un mundo maravilloso donde la música es el centro y que tiene como protagonista a la hilarante Megumi Noda. No exagero si digo que me reí sin parar a lo largo de los episodios, mirando uno detrás de otro y deseando que nunca se terminara.

Una de las cosas que más disfruté fue la relación entre Nodame (así se apoda la excéntrica y simpática protagonista) y su amado senpai, Shinichi Chiaki, puesto que ambos son como el agua y el aceite. Mientras que Nodame es desordenada, ruidosa y un espíritu libre, Chiaki es pulcro, meticuloso y rígido. Solo risas pueden surgir cuando los dos están juntos, ya que divertidos episodios tienen lugar cuando estos dos personajes con personalidades tan distintas están juntos. Igualmente, no todo son risas... ¿dónde se ha visto que no haya drama en el —aparente— paraíso? Si bien Nodame es una excelente pianista, su carácter acelerado y juguetón hace que no pueda tocar las partituras como corresponde, imprimiendo un ritmo propio en cada pieza que interpreta.

Los personajes son refrescantes, la música es excelente y la historia es maravillosa. Realmente, es una joya que pasa desapercibida bajo la gran cantidad de animes que existen hoy en día, lo cual es una pena, porque Nodame Cantabile no tiene nada que envidiarle a todas esas historias.

¿Por dónde empiezo con Itazura na Kiss? Recién comenzaba a adentrarme en el mundo del anime, y como se espera de una chica, busqué recomendaciones sobre animes de Romance y Shoujo. Fue así como me encontré con la historia de Kotoko Aihara, una estudiante mediocre de secundaria que está perdidamente enamorada del mejor alumno de la escuela, Naoki Irie. Me encantó la premisa desde un principio: una joven ilusionada que se le confiesa a su amado, solo para ser fríamente rechazada. Pero eso no es todo, porque luego de terminar en la calle por culpa de un terremoto que destruye su hogar, la —mala— suerte quiere que esta pobre chica termine viviendo bajo el mismo techo que el joven que rehusó su carta de amor. ¡La receta ideal para un Shoujo!

Como en todo buen anime romántico, no solo el drama está a la orden del día sino que también lo está la vergüenza ajena. Kotoko es tan tonta en su enamoramiento que uno no puede evitar sentir lástima por ella y desear que se de cuenta que está haciendo el ridículo. Aun así, y pese a que Itazura na Kiss me hizo aplastar la cara contra la almohada y gritar en señal de frustración, este anime es muy especial para mí, ya que fue uno de los primeros animes Shoujo que vi. Tengo que señalar, además, que es uno de los pocos que presenta un cierre a la historia de los personajes principales, evitando que me quede con una sensación de vacío por no saber qué ocurrió después con la pareja. Por último, pues claro, los capítulos finales me tuvieron llorando a más no poder. ¡Ya dije que soy sensible!

Ya desde el opening, este anime promete ser épico… y lo es. Mientras escribo sobre Akatsuki no Yona, su tema principal resuena en mi cabeza y no puedo evitar sentir escalofríos, ¡así de bueno es! Dejando de lado la animación y el diseño de los personajes, que son ambos de primer nivel, debo destacar la historia. No es fácil construir un relato situado en una época tan lejana y lograr llamar la atención del público, pero ya desde el comienzo, Akatsuki no Yona me tuvo pendiente de todo lo que ocurría en el mundo de la princesa Yona. A eso le sumamos los hermosos bishies que la acompañan y tenemos la receta indicada.

Desde el trágico suceso que impulsa a Yona a huir del castillo junto con su guardaespaldas y amigo de la infancia, Hak, hasta su encuentro con los cuatro dragones, la historia de la princesa está plagada de aventuras. Una de las cosas que más me gusta de este anime es que la heroína comienza siendo una niña mimada que no tiene ni idea de lo que ocurre fuera de las paredes del castillo donde vive, pero luego se termina convirtiendo en una guerrera que no teme usar el arco y la flecha para defender a sus amigos. De todos los animes que vi, el desarrollo de Yona como personaje es uno de los mejores.

Ya sé lo que están pensando... “¿te hizo llorar este anime también?”. La respuesta es “sí, ¡por supuesto!”; es inevitable, teniendo en cuenta que desde el principio es una historia plagada de drama, sin mencionar las historias de los cuatro dragones…

Llegamos al primer anime de esta lista. Si hay algo que tenía claro desde que comencé a plantearme este artículo es que Ouran High School Host Club sería el anime que lideraría mi ranking. No solo es de los primeros Shoujo que vi cuando comencé a interiorizarme en el mundo del anime, sino que es una serie especial que no me canso de mirar, con capítulos llenos de situaciones cómicas que me hacen reír siempre, sin importar lo triste o malhumorada que esté. El opening es realmente pegadizo, y no me avergüenza admitir que disfruto de cantarlo a voz en grito cada vez que lo escucho, para desgracia de toda mi familia…

Haruhi Fujioka es la protagonista de esta historia, una chica a la que no le importan las apariencias y que nada más está interesada en estudiar. Por accidente, termina involucrada en el host club de la escuela, y tiene que lidiar todos los días con los miembros del mismo: un grupo de seis jóvenes que se encargan de atender a las muchachas del instituto como las princesas que son. Tamaki Suou es el autoproclamado rey del host club, un chico carismático y un poco tonto pero muy querible a pesar de su personalidad dada al egocentrismo; sin embargo, no hay un solo personaje en este anime que no me agrade, haciendo difícil la tarea de elegir un favorito. Otro punto a favor es el excelente reparto de voces, entre las que se encuentran Mamoru Miyano como Tamaki, Maaya Sakamoto poniéndole voz a Haruhi y Kenichi Suzumura como Hikaru Hitachiin, entre otros. No dudaría en recomendar este anime a cualquiera que esté interesado en pasar un buen rato riendo, así como recomiendo a aquellos a quienes les haya gustado Ouran High School Host Club que lean el manga, ya que es simplemente genial.