DCS: A-10C Warthog es un Simulador que nos ha maravillado con sus gráficos y su jugabilidad. Específicamente, se trata de un programa de vuelo que nos pone en la cabina del mencionado A-10C, una nave de combate que ha pertenecido a varias unidades de los Estados Unidos por más de 3 décadas, por ejemplo, ofreciendo servicio en Afganistán e Irak.

Este es el segundo módulo de la saga DCS (Digital Combat Simulator), y el último en poder jugarse de manera independiente, ya que a partir del tercer módulo se hace necesario tener instalado DCS World —aunque hoy en día DCS: A-10C Warthog se considera un DLC de este último. Siendo honestos, este no es un juego para cualquiera y mucho menos lo que llamaríamos “fácil”, pero con horas de entrenamiento y práctica se vuelve adictivo y muy realista.

Si nos preguntan por un avión de guerra, la primer respuesta que muchos de nosotros daríamos sería el F-16, como se conoce al General Dynamics F-16 Fighting Falcon. El F-16 es un avión de guerra que muchos conocemos por verlo en las noticias, pero se hizo todavía más popular al aparecer en innumerables películas bélicas de Hollywood. ¿Te imaginas lo que se siente al pilotar un “Viper”, como lo llaman cariñosamente?
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Evidentemente, este Simulador está más cerca de ser un curso de entrenamiento que un juego, cosa que podemos ver en su manual, con más de 700 páginas que explican detalladamente el funcionamiento de cada botón y palanca de la nave. Sin embargo, eso no debería aterrar a nadie, porque el realismo que podemos vivir compensa totalmente esas horas de aprendizaje, y el sentido de superación nos da todavía más ganas de seguir volando.

Para quienes buscan una experiencia más ligera y prefieren algo mucho más sencillo de asimilar, Guns of Icarus seguramente sea la opción perfecta. Se trata de un juego de combate entre jugadores que se reparten en facciones, todo ambientado en un estilo steampunk que merece la pena descubrir. Con elementos típicos de los juegos online y la posibilidad de jugar con amigos —o crear nuevas amistades—, ¿cómo no darle una oportunidad a este sorprendente juego independiente?

El trabajo en equipo es una pieza clave en Guns of Icarus, ya que una aeronave tiene hasta 4 tripulantes que deben complementarse de la mejor manera para cumplir las misiones asignadas. Además, aquí no tenemos que conformarnos con un único vehículo sino que tenemos varios a disposición, cosa que ayuda a los que suelen aburrirse rápido. Lo negativo, quizás, es que con el paso de los años y al no ser tan popular, no siempre es tan sencillo encontrar partidas en el servidor, por lo que resulta muchísimo más disfrutable si tenemos un grupo de amigos en los que apoyarnos.

Bueno, ya tuvimos naves ficticias en Guns of Icarus y 2 aviones de guerra que tuvieron gran actividad en la historia reciente. ¿Y qué nos está faltando? ¡Claro que sí, amigas y amigos! Lo que no puede faltar en ninguna recopilación de juegos bélicos, y mucho menos si se trata de combate aéreo, es una buena referencia a la Segunda Guerra Mundial. La saga IL-2 Sturmovik tiene varias entregas populares, sí, pero ninguna tan exitosa como IL-2 Sturmovik: 1946, que no ha sido superada ni siquiera 10 años después.

1946 es una expansión del juego original, que a su vez añade mucho contenido interesante. Aquí también tenemos varios aviones, obviamente inspirados en los que formaron parte de la guerra, cosa que se ve representada no solo en los modelos sino también en la apariencia de las naves, que como ya sabemos, llevaban diseños específicos y hasta tenían su propio nombre. Para los que están hartos de repetir escenarios históricos que intentan emular la realidad, 1946 también da misiones y campañas que cambian totalmente lo sucedido, con enfrentamientos, alianzas y eventos hipotéticos que hubieran cambiado el destino de nuestro mundo.

Para este primer lugar nos queda X-Plane 11, la última entrega de una saga que lleva años compitiendo con Flight Simulator y que, por primera vez, logra desplazarla ampliamente. Este juego estrenado apenas hace unos meses está enfocado no al combate sino a la experiencia realista de pilotar un avión de línea comercial, con todo lo que eso implica. Si bien tiene todo lo necesario para considerarlo el Simulador más completo en su rubro, también tiene una interfaz intuitiva y muy agradable, ideal para atraer a los más casuales o quienes dan sus primeros pasos en el género.

Mientras otros juegos se enfocan en el realismo de sus naves y los mecanismos que utilizamos para pilotar, X-Plane 11 se preocupa también por el entorno, ofreciéndonos packs descargables con mapas fielmente diseñados de distintos lugares del mundo, ya sean los territorios por los que sobrevolamos —de descarga gratuita—o, incluso, los aeropuertos desde los que podemos despegar y aterrizar, que ya tienen un precio extra. Desde la navegación a la iluminación o los instrumentos, X-Plane es una experiencia totalmente recomendable para los amantes de los aviones, y por eso se gana este merecido primer lugar.