¿Qué es FPS / TPS? [Diccionario Gamer]

Salvo por contadas excepciones, la oferta en cuanto a videojuegos siempre se ha basado en modas, tanto por géneros, mecánicas o estilos. Desde su nacimiento, allá por los años 90, uno de los géneros que más ha dado que hablar ha sido el de los FPS, acrónimo de First Person Shooter, esos juegos donde interpretamos en primera persona —justamente— algún personaje que dispara a enemigos con diferentes armas. Mientras que antes este era un género específico, hoy tenemos muchísimos juegos que cuentan con este formato pero caen, a su vez, en muchos otros géneros... así como también tenemos juegos que nos presentan historias similares pero en otra perspectiva.

Con este artículo, entonces, intentaremos echar un poco de luz a dos géneros muy populares en nuestra generación, explicando no solo de qué van los FPS y TPS, sino también con algunos datos y sugerencias para quienes busquen sumarse a este tipo de aventuras. ¡Perparen sus armas, que empieza lo bueno!



Un buen FPS: acción sin pausas

Como dijimos, los FPS como tales nacen en los 90, de la mano de dos clásicos y un tercero que asomaba más tarde: Wolfensetein 3D y Doom, con Quake como sucesor; los 3 juegos, de 1992, 1993 y 1996, respectivamente, son obra de la famosa empresa id Software, con John Carmack y John Romero a la cabeza. Tanta violencia no era algo usual en los videojuegos, y menos de manera tan gráfica, con litros de sangre saltando tras cada impacto de bala, por lo que la juventud rebelde fue rápida en asimilar estos nuevos títulos y los tránsformó en éxitos, mientras la sociedad discutía si la indutria hacía bien o no en permitir estos juegos.

Sea enfrentándonos a los siempre malévolos nazis o a una horda de demonios o monstruos, los FPS desbordan adrenalina, sumándole que compartir perspectiva con el personaje le añade un nivel de empatía e identificación. Corriendo por laberintos y abriendo puertas hacia llegar al enemigo final, los FPS se han destacado siempre por su ritmo vertiginoso al son de los disparos, cosa que no sucede tanto con sus "primos", los TPS.

Con el tiempo, los FPS pasaron a un ámbito que les sentó mejor, en juegos bélicos con más pausa y estrategia, o incluso dando vida a uno de los espías más famosos de la historia. Empecemos hablando de esto último, con un juego que marcó la infancia de muchos en la consola Nintendo 64: Goldeneye 007, considerado por muchos el mejor juego de James Bond; más o menos en la misma época, también surgían los juegos de guerra que pusieron de moda el ahora abandonado modo Campaña, con Medal of Honor como emblema. Hoy por hoy, la tendencia lleva al género FPS casi exclusivamente al escenario online, ya sea en el formato de arena de batalla, como en Overwatch, o en enfrentamientos más "clásicos" como en Battlefront.



Los TPS como la opción perfecta para hibridar

Si los FPS están asociados al ritmo vertiginoso, el género Third Person Shooter (TPS) ha demostrado ser bastante versátil, con una fabulosa capacidad para hibridar y hacer todavía mejores a ciertos videojuegos. Además, esa "tercera persona" no es que tenga una posición fija, por lo que podemos observar el juego tanto desde atrás como desde encima del protagonista, añadiendo formas de cómo encarar nuestro entorno. Para notar las capacidades de este género, alcanza con ponernos a pensar en sus juegos y compararlos con los FPS: mientras que los FPS nos resultaran todos muy similares entre sí, los TPS son una caja de sorpresas, a veces en polos diametralmente opuestos.

¡Hablemos de algunos TPS famosos! Empecemos con algunas secciones dentro de los últimos juegos de la saga Grand Theft Auto, que nos permiten disparar varias armas para cumplir misiones... o simplemente para pasar el tiempo y dejar salir nuestra más violenta personalidad. Otro formato clásico de los TPS se da en el género Survival Horror, desde Dino Crisis hasta resident Evil, pasando por Silent Hill o Parasite Eve. Incluso podríamos hablar de Hitman o Metal Gear Solid si mezclamos un poco de sigilo, y así podríamos seguir por un largo rato. Todo, sin olvidar que mucho de los juegos que conocemos como FPS también nos dan la opción de jugar en tercera persona.

Honestamente, el avance tecnológico casi que nos obliga a preferir los juegos en primera persona para admirar el mayor detalle gráfico, pero los juegos en tercera persona siguen teniendo ese sabor especial que fomenta la jugabilidad híbrida y refuerza otro tipo de mecánicas jugables. The Division, Mass Effect: Andromeda, Warframe... los TPS actuales no tienen nada que envidiar a los de antes, aunque se esté perdiendo un poco la originalidad.



No hay juego sin trabajo en equipo

Tanto en primera como en tercera persona, los juegos de disparos se siguen afianzando como los más populares; lo que sí hay que notar es que cada vez son menos los juegos puramente de disparos, salvo las franquicias clásicas como Battlefront, Call of Duty o Counter Strike. En el medio, por ejemplo, tuvimos un tremendo éxito como lo fue Fallout 4, cuya jugabilidad siempre estuvo asociada a los RPG, pero esta vez muchos no dudaron en catalogarlo como un FPS/TPS. Quizás por todo lo que hablamos, podríamos decir que los TPS son un concepto más cercano a los juegos de un único jugador o títulos en modalidad offline, pero también podríamos romper esa regla hablando de S4 League, un TPS competitivo que da lugar a millones de jugadores y figura entre los más popoulares desde hace ya varios años.

Un factor donde destacan los TPS es en algo que está más allá de lo jugable, pero no por eso resulta menos importante: la apariencia del personaje. Por lógica, en un FPS nunca vemos la cara del protagonista (o casi ninguna parte de su cuerpo salvo las manos y algo más, según el juego), más allá de alguna fotografía o escena de video entre nivel y nivel. En los TPS, sin embargo, podemos ver al personaje en acción —aunque desde atrás— mientras avanzamos por el escenario, apreciando no solo lo físico como el peinado, la altura o color de piel —incluso su trasero, en el caso de las chicas— sino también sus trajes, dándole un toque más personal; especialmente, los TPS justifican todas esas horas que nos pasamos creando un personaje, en esos juegos que dan la posibilidad de adaptar el protagonista a nuestros gustos.

Los FPS, por su parte, destacan en la puntería, y poder disparar precisamente al punto débil o incrustar balas a largas distancias y en terrenos llenos de obstáculos, no resulta menos impresionante. Por suerte para todos, muchos juegos actuales ofrencen ambas posibilidades, por lo que un mismo juego puede ser FPS y TPS, dejándonos a todos contentos.

Palabrs finales

Aunque hemos tenido algunos raros experimentos, los juegos de disparos que más éxito tienen son los FPS y TPS, dejando muy por detrás al olvidado género Rail Shooter. Igualmente, nunca falta el juego que reinventa el género o revoluciona mecánicas, y como hasta ahora no ha habido tal caso en lo que va de la década, seremos optimistas al pensar que ese juego está por venir. Ya en el final del artículo, nos queda una pregunta por hacerles: ¿ustedes prefieren los FPS o los TPS? Por cualquiera de las dos opciones, ¡por favor exprésenlo en la caja de comentarios! Honey's Anime se despide hasta la próxima, contentos de haberlos ayudado a entender un poco más sobre el mundo de los videojuegos.

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Escritor

Autor: Doku

¡Hola, querido público! Mi nombre es Damián, pero de toda la vida he sido -Doku-, un gamer nocturno y amante del surf, las aventuras al aire libre y la buena música... ah, claro, ¡también me gusta el anime! Desde ya, estoy encantado por aportar a vosotros mi granito de arena en esto de recomendaros series, juegos y tal, pero tampoco dudéis en dejarme títulos para investigar en los comentarios.

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