¿Qué son F2P, P2P y Freemium? [Diccionario Gamer] “El bueno, el malo y el feo de los videojuegos online”

Cuando nos sumamos a un videojuego online, siempre una de nuestras preocupaciones es ver qué método de pagos tiene. Porque a ver, los juegos normales solemos pagarlos una única vez y luego jugamos hasta el hartazgo, pero en otros juegos la situación no es tan así. Abreviaciones como “F2P”, “P2P” y otros términos aparecen en nuestra mente sin mucha explicación, y para eso llegamos nosotros, a quitarte una vez más las dudas que puedas tener. Prepara tu alcancía y piensa bien a qué tienes ganas de jugar, porque de esos 2 factores dependerá cómo enfrentar los varios modelos de pago existentes en los videjouegos.


F2P y P2P: ¿juegos para pobres y para ricos?

Lo decimos sin ánimos de ofender, pero la diferencia entre un juego F2P y otro P2P suele ser, en muchos casos, la misma que entre un usuario pobre y otro con más suficiencia económica. Es que F2P es una forma de abreviar “Free to Play”, que implica jugar gratis, mientras que “P2P” significa “Pay to Play”, que en nuestro idioma sería exactamente “pagar por jugar”. Dentro de los juegos pagos, debemos, a su vez, diferenciar otras dos clases: los juegos de bono o suscripción, y los juegos de compra única.

Un ejemplo de juego por suscripción sería entrar a World of Warcraft o Final Fantasy XIV: A Realm Reborn. Donde más se aplica este formato de pagos mensuales es en los títulos del género MMORPG, ya que cada jugador paga para acceder al juego y decide cuándo podrá jugar. Obviamente, esta es una forma de que la empresa creadora del juego se asegure un ingreso constante que permite mantener los gastos lógicos de este tipo de productos, como corrección de fallos, mantenimiento de servidores, soporte a los clientes ante robos o hackeos, y más importante aún, actualizaciones frecuentes al juego donde se añada contenido. ¡Ahí está la magia del negocio! Para el usuario, este pago mensual se justifica con lo que recibe a cambio, y esas “actualizaciones de contenido” a su vez reinician el ciclo, porque el jugador querrá seguir pagando mes a mes para disfrutar lo nuevo.

También dentro de los juegos online tenemos los juegos de compra única, también conocidos como B2P (“Buy to Play”, “compra para jugar”), desde FIFA y Overwatch hasta Guild Wars 2. Estos son títulos que obviamente debemos abonar al momento de la compra, y como suelen ser juegos de buena calidad —los llamados “AAA”— rondan los 50-60 dólares/euros. Solo con ese primer pago, el jugador accede a todo el contenido disponible, y se asegura también disfrutar ciertas actualizaciones (menos comunes o frecuentes que en los P2P) si es que existe alguna.

Como ves, dejamos para el final el modelo gratuito, básicamente porque se explica solo. Los juegos F2P son aquellos que se encuentran disponibles para cualquier jugador en todo momento, y que en teoría (mucha atención a esto, en el punto siguiente) podemos jugar sin desembolsar ni un duro. Ejemplos de esto pueden ser League of Legends, Dota 2, Hearthstone o Path of Exile.

Jugar gratis cuesta caro

Los juegos F2P suelen ser los más buscados, y no hace muchos años, encontrar un buen juego gratuito y de calidad era toda una odisea. Las empresas apuntaban a modelos pagos para asegurarse ingresos, y como la competencia gratuita tenía un nivel muy por debajo de los títulos pagos, realmente no había mucho de qué hablar. No fue hasta la revolución de los F2P, en esta última década, que las compañías más importantes tuvieron un vuelco hacia este método de no-pago, generando que la industria se plantee muchas cosas.

Los primeros juegos gratuitos en conseguir popularidad fueron los clones chinos y coreanos, que se aprovechaban de esos jugadores que no tenían dinero para los grandes juegos y ofreciéndoles “lo mismo” pero con una notable menor calidad. Como muchos somos partidarios del “peor es nada”, esos mismos juegos se fueron poblando y basándose en el boca a boca. El ingreso para la empresa estaba marcado por las publiicdades que poblaban la pantalla tanto en móviles como en PC, haciendo tediosa la experiencia pero sin dar lugar a quejas… porque ¡es gratis!

Otro medio que facilitó los juegos gratuitos fue la movida indie, con cada vez más desarrolladores independientes que apostaban a tener éxito creando un juego gratuito que se llene de fanáticos, para luego trepar a una de las grandes empresas o fundar una compañía nueva, ya cobrando por los próximos juegos. Cuando la gran masa de usuarios vio que estos diseñadores independientes realmente tenían un talento similar al de los más famosos obviamente hubo un cimbronazo, con más y más opciones F2P.

Por último, el gran golpe de éxito vino otra vez desde Asia, donde se hicieron populares los “Item Mall” o “Shops”, que vendían elementos paralelos a los del juego. Así, cualquiera podría descargar el juego y utilizarlo, pero los ingresos estarían dados por aquellos que por ansia o vicio terminan comprando ítems virtuales.

El modelo Freemium y el infame “Pay 2 Win”

Esos mismos ítems virtuales generaron otra clasificación para los videojuegos, pero que lejos de ser un género que guste a los desarrolladores, nace como un término peyorativo de los jugadores hacia la empresa. Un juego P2W, o “Pay to Win” (pagar para ganar) es aquél donde la tienda vende artículos que facilitan en demasía las tareas del juego, reduciendo tiempos, mejorando las estadísticas de un arma o equipo y hasta subiendo niveles con un par de clicks. Si te encuentras entre los usuarios promedio no verás mucha diferencia, pero si te comparas con aquellos con muchos dólares disponibles, seguro nunca los podrás alcanzar.

Para mitigar eso, algunos juegos ofrecen la posibilidad de suscribirse mediante una moneda interna en el juego, que equipare a los usuarios con mucho dinero y poco tiempo con aquellos que, al revés, tienen mucho dinero en el juego gracias a sus horas de vicio. La cosa es que eso, en teoría, funciona perfecto, pero si puedo transformar dólares en objetos del juego y venderlos, también puedo transformar dólares en esa otra moneda paralela… ¿cuál es la diferencia?

A mitad de camino entre toda esta mezcla de oferta y demanda, las empresas desarrolladoras pusieron a trabajar a sus equipos de marketing y tuvieron la idea de renombrar este formato ambiguo como Freemium… que no es otra cosa que una forma más bonita de llamar a los P2W. Estos juegos, como Wakfu, Angry Birds, Candy Crush o la mayoría de aplicaciones sociales y juegos de Facebook, ofrecen a sus usuarios la posibilidad de acceder a todo el contenido de forma gratuita, pero a su vez, dejan en claro que quienes puedan suscribirse o compren en la tienda del juego tendrán notorios beneficios como mayores tasas de experiencia en combate, menores tiempos de espera o prioridad para ciertas cosas.

Cada vez son más los juegos gratuitos

Lo que sea más barato siempre tendrá más demanda e interés, y eso lo sabe todo el mundo. Entre el modelo Freemium y los F2P, se está generando tal radio de éxito que cada vez son más los juegos que iniciaron como títulos de pago pero terminaron dando el salto a lo gratuito, como The Secret World, The Lord of the Rings Online, AION o Team Fortress 2.

Igualmente, la tranquilidad que brinda a las empresas el formato P2P hace pensar que nunca desaparecerá por completo. Hoy en día, los MOBA y los FPS competitivos son los juegos que más público atraen, y como a todos nos gustan las cosas bonitas, la lluvia de dinero no se detiene. Estos juegos ofrecen tiendas cosméticas que son la envidia de las grandes marcas, y por eso las skins —nuevos trajes o apariencias, sea para objetos o personajes— y las cajas misteriosas —con objetos sorpresa adentro, a riesgo de ser mediocres o extremadamente raros— son verdaderas máquinas de moneditas. ¡Aquí nadie es tonto!

¿Existe alguna solución para este problema?

Hasta el momento la única solución disponible sería contratar un paquete de internet más veloz con nuestro proveedor o incluso cambiar de ISP, otra de las recomendaciones que se nos suelen dar es minimizar el ancho de banda de los equipos extra que tengamos conectados a la misma red, tengamos en cuenta que se utiliza el ancho de banda para realizar las conexiones y las descargas necesarias para poder jugar online.

Otra recomendación que se nos suele dar es que siempre que tratemos de jugar en línea, tengamos el cable de Ethernet conectado, esto es debido a la naturaleza del WIFI el cual viaja a través del aire, suele ser menos estable ya que las ondas del cableado de una casa pueden provocar interferencia e incluso ciertos muros gruesos suelen entorpecer el viajes de las ondas del WIFI, provocando una pérdida de paquetes importante y por lo tanto una buena cantidad de lag en el videojuego, provocando en casos más difíciles la imposibilidad de llevar una partida.

Palabras finales

Siempre dependerá de nosotros saber si estamos en condiciones de pagar o no por un juego, o yendo más allá, si ese juego vale nuestro dinero… porque a veces podemos pagarlo, pero es que la calidad deja mucho que desear. Como siempre, ha sido un placer informarles sobre uno de los temas más picantes del ambiente gamer, y ojalá este artículo os sea de ayuda la próxima vez que busquen un videojuego.

En vuestro caso, ¿qué modelo de negocios prefieren? Coméntennos su opinión y experiencias en el cajón de comentarios. Por lo pronto nos despedimos, ¡hasta la próxima ocasión!

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Escritor

Autor: Doku

¡Hola, querido público! Mi nombre es Damián, pero de toda la vida he sido -Doku-, un gamer nocturno y amante del surf, las aventuras al aire libre y la buena música... ah, claro, ¡también me gusta el anime! Desde ya, estoy encantado por aportar a vosotros mi granito de arena en esto de recomendaros series, juegos y tal, pero tampoco dudéis en dejarme títulos para investigar en los comentarios.

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