Adentrarse en una franquicia con más de 2 décadas de historias no siempre es algo sencillo, y ciertamente podría intimidar a más de uno; si a eso le sumamos su compleja historia y la particular jugabilidad, quizás más de uno pueda sentirse tan curioso como reticente a la hora de sumergirse en un nuevo Torneo del Rey del Puño de Hierro. Lejos de los prejuicios, Tekken 7 demuestra ser un título extremadamente versátil, capaz de atraer nuevo público y brindarles facilidades, pero también pendiente a los viejos fanáticos, con un argumento interesante y un nivel de juego que no defrauda a quienes siguen la saga Tekken entrega tras entrega y mucho menos a los amantes de su costado competitivo. Tekken 7 es una bomba visual que atrapa con su colorido y sus gráficos 3D a cualquiera que vea un par de peleas, pero detrás de todo eso existen varios otros motivos por los que este juego se presenta como digno sucesor de una histórica franquicia y posible clásico de los nuevos tiempos en cuanto a la escena competitiva y los e-Sports.

Desde siempre, el género de Luchas siempre ha sido muy particular, con un puñado de sagas que siempre destacan y decenas de clones o nuevos títulos que no logran dar la talla. A su vez, también tenemos varias corrientes gráficas que van desde el realismo a los gráficos estilo anime, desde los clásicos combates en 2D hasta los impactantes duelos tridimensionales, quedándonos con el siempre delicado formato 2.5D. En el caso de Tekken 7, lo que ofrece es justamente lo que cualquiera podría suponer con esa información: un juego que en todo momento nos muestra “quién es Tekken” y por qué llegó a la cima, haciendo gala de su apartado visual y sonoro y dejando el listón muy alto para aquellos que se animen a plantarle cara.

Si eres de esos que en estos 23 años tuvo la oportunidad de jugar y viciar con alguna de las precuelas, Tekken 7 es “más de lo mismo”, en el buen sentido. Tenemos personajes que retornan y se confirman como los favoritos de la gente, personajes nuevos que no desentonan, y un conjunto de mecánicas y formas de juego que resultan ampliamente reconocibles; mientras que otros juegos han intentado —con éxito dispar— evolucionar mediante la transformación y la hibridación, Tekken 7 sigue una línea muy clara, que debería dejar orgullosos a sus predecesores. Ya sea si buscas el mejor juego de peleas actualmente, si eres un fiel seguidor de la saga que se lanza a su más nueva creación, o simplemente un curioso a punto de dar a Tekken 7 una oportunidad, este título tiene pocas chances de defraudar, especialmente cuando su modo online aparece como el objetivo principal pero no se descuidan los tan importantes modos de juego offline ni mucho menos su historia, cosa que, por ejemplo, fue uno de los grandes desastres de Street Fighter V en su salida.

Lo primero a lo que debemos hacer referencia es a la historia de un jugador en el modo offline, que consta de 14 capítulos más un prólogo y una batalla especial. Básicamente, ese aspecto es el que distingue un juego de otro en este género, y a su vez lo que separa las versiones Arcade de los ports para consolas o PC. En Tekken 7 seguimos la constante batalla entre Mishima Zaibatsu y la G Corporation, siempre de la mano de las dramáticas familias Mishima y Kazama, con los puntos de vista de Jin Kazama, Heihachi Mishima, Kazuya Mishima. Recordemos que Tekken 7 cuenta con un total de más de 3 decenas de personajes jugables, entre los que aparecen viejos conocidos como Hwoarang, Eddy Gordo, King, Ling Xiaoyu, Yoshimitsu o Panda, y tenemos estilos de combate para todos los gustos. Lógicamente, en este modo historia también tenemos personajes que hacen su debut, entre los que destacan el exorcista italiano Claudio Serafino y la tan esperada y misteriosa Kazumi Mishima, esposa de Heihachi y madre de Kazuya, que obviamente también guarda una forma demoníaca. Por cierto, ¡también tenemos a Akuma! (conocido como Gouki, en la versión japonesa). Aunque parezca simplemente fanservice para los amantes de Street Fighter, vale mencionar el esfuerzo que han puesto en justificar su participación y su rol en la trama, además de ser el personaje ideal para aquellos que no se acostumbran tan fácil a cómo funcionan los ataques en Tekken y prefieren algo más “simple”, por ponerlo de alguna manera.

Todo comienza en esa ya clásica pelea entre Kazuya y Heihachi, poniéndonos en la piel del niño que, tras su derrota, es lanzado desde la montaña por su padre. A partir de allí, pasamos por la piel de unos 10 personajes en duelos cortos, rodeados de escenas que intentan explicar la creación de un nuevo Torneo del Rey del Puño de Hierro y cómo cada personaje juega su papel. Sin dudas, los amantes del lore agradecemos cuando los juegos de luchas al menos hacen un intento por poner en contexto lo que sucede en pantalla, y en esta oportunidad tenemos al menos un par de horas de juego guionado aseguradas. Lo triste, aunque poco sorprendente, es que varios personajes parecen simples adornos o directamente ni aparecen en esta aventura, dejándonos con ganas de más a la hora de saber sus intenciones. Esto, por otro lado, es entendible en cualquier juego de este tipo, ya que Tekken 7 intenta mantener un canon y a su vez ofrecer varias miradas, sin desviar la atención de los protagonistas o su guerra. Para estos personajes desplazados tenemos episodios especiales que desbloqueamos en paralelo con la historia principal, aunque apenas consisten en un único combate, con un poco de texto previo y un epílogo humorístico o dramático.

Desde siempre, Tekken ha sido un juego que basa su gameplay en combates cuerpo a cuerpo, donde los súper poderes prácticamente no existen y los golpes a larga distancia son escasos. Tekken 7 no es la excepción, por lo que aquellos fanáticos de lanzar hechizos desde una punta de la pantalla a la otra quizás no se sientan tan cómodos, pero los amantes de los combos técnicos se sentirán en un paraíso de puños y patadas. Justamente, quienes se dedican simplemente a aporrear botones podrán canalizar su ira y probar suerte, porque todos sabemos que no hay nada mejor que tocar todos los botones y ver cómo mágicamente nuestro personaje se lleva la victoria con una espectacular serie de ataques; de todas formas, lo más recomendable es pasarse un buen rato en el modo de práctica, conociendo un poco más a fondo cómo y cuándo pulsar cierta cadena de botones para no perder tan fácilmente ante un duro rival. Si bien tenemos varios niveles de dificultad, la IA de Tekken siempre se ha caracterizado por tornarse bastante tortuosa conforme avanzan las batallas, lo que puede ser un punto de quiebre para quienes no saben jugar. Lo mismo sucede cuando nos lanzamos a los modos online, donde seguramente nos esperan miles de jugadores que dominan cada movimiento de su personaje.

Tekken 7 gira en torno al “rage system”, una especie de modo berserker en el que un personaje gana más daño cuando su barra de vida disminuye hasta cierto punto. A diferencia de Tekken 6, cuando este sistema vio la luz, ahora el daño está escalado y es mucho menor al que ganábamos antes; en vez de poder dar muchos golpes con daños aumentados, a cambio tenemos acceso al Rage Art, un ataque específico que solo podemos usar cuando nuestra vida corre peligro pero que podría ser devastador, dado que no solo es más contundente sino que su daño es inversamente proporcional a nuestra salud. Otra mecánica que aparece por primera vez y deja una buena impresión es el Power Crush, que canaliza los daños recibidos y aumenta nuestro ataque… si es que lo usamos en el momento correcto. Todo esto significa que aquellos viejos jugadores también tendrán cosas por aprender, emparejando hasta cierto punto la diferencia que podría haber con un novato en Tekken. Igualmente, se puede prescindir de todo esto y simplemente dejarse llevar por las secuencias de golpes, al menos hasta sentir que nuestro moveset se queda corto.

Ya adentrándonos en este modo online, lo bueno es que no se trata simplemente de luchas por el ego entre jugadores, sino que podemos participar en torneos y hasta crear uno propio para divertirnos con amigos. Por lo subjetivo de esto, lo mejor es que cada uno le de una probada a su debido tiempo, tanto cuando busque pasar un buen rato jugando contra amigos y sin presiones como cuando, tras varias horas de entrenamiento, decida que ya es hora de medir sus fuerzas ante la comunidad. De todas maneras, y aunque a muchos les parezca lo menos importante, Tekken 7 vuelve a triunfar a la hora de la personalización, con cientos de trajes y accesorios para hacer a nuestro personaje favorito todavía más nuestro, y único —virtualmente, claro— a la hora de darse a conocer al mundo. Incluso cuando nos toque una pelea en que nuestro oponente controla el mismo personaje que nosotros, la personalización hace que el combate se sienta fresco en todo momento, a la vez que nos permite mostrar un poco de nuestra creatividad o personalidad. Tanto en el modo de cofres de tesoro como con las monedas que ganamos simplemente por jugar, descubrimos un montón de sombreros, cascos, accesorios para el cabello, pantalones, maquillajes, trajes y más atuendos, por lo que Tekken 7 se vuelve adictivo ya no solo por sus peleas, sino porque en algún punto nos obliga a grindear para conseguir que nuestro personaje luzca exactamente como queremos.

Como ves, Tekken 7 es muchísimo más que un montón de hombres y mujeres con ropas estrafalarias y listos para darse una buena paliza. Aunque dentro de los límites que impone el género, tenemos varios añadidos que no solo alargan el tiempo de vida del juego, sino que otorgan más opciones para aquellos que se aburren rápidamente con estos títulos. “Fácil de usar, difícil de dominar” es una frase que muchas compañías han usado para sus creaciones, pero que no por eso deja de aplicarse a la perfección con Tekken 7. Eso sí, para disfrutarlo al máximo hace falta una muy buena configuración de PC —en caso de no estar en consolas— y una todavía mejor conexión a internet, que asegure que cada partida correrá a la perfección y no habrán desconexiones inesperadas.

Cualquier amante de las peleas en 3D necesita probar este juego de manera urgente, y más si ya tiene cierto cariño por lo que Tekken significa en el mundillo. Por ahora, Tekken 7 es la novedad, pero en unos años podríamos estar hablando de un clásico que, muy probablemente, no faltará en ningún torneo formal o informal.