Yosuga no Sora empieza cuando los gemelos Haruka y Sora Kasugano regresan a su hogar de la infancia luego de perder a sus padres en un lamentable accidente de coche. Al llegar son recibidos con calor y emoción por sus amistades de la infancia, Nao y Akira, así como también por Kazuha, que es nueva en el pueblo. A partir de ese momento se ven constantemente asaltados por los recuerdos y lugares que formaron su pasado. Su nueva vida es también un reflejo de todo aquello que dejaron atrás, y así como los buenos momentos vuelven a aflorar, también lo hacen viejos rencores y las emociones prohibidas.

Como ocurre en Amagami SS, la serie explora las diferentes posibilidades que pueden darse entre el protagonista, en este caso Haruka, y las chicas con las que tiene afinidad. Algunos capítulos narran sucesos fijos e inamovibles, y otros viran hacia destinos en los cuales se dan relaciones paralelas que se niegan entre sí. Amagami cuenta con una trama muy realista, y Yosuga no Sora, a pesar de tocar temas prohibidos como el incesto, también. Las relaciones entre Haruka y las demás chicas se muestran íntegramente, llegando a verse incluso ciertas escenas sexuales que están siempre en función de hacer la trama más natural y menos ligera.

En Amagami exploramos las distintas relaciones que podría tener Junichi con las chicas que lo rodean. En el caso de Kimikiss es distinto: a pesar de que también vemos florecer varios romances, estos se dan entre varias parejas, y la historia se traslada de una a otra constantemente.

La historia empieza cuando Mao Mizusawa vuelve a su ciudad luego de haber vivido durante dos años en Francia. Lo primero que hace es visitar a su amigo Kouichi Sanada. A él le cuesta reconocerla, ella se convirtió en una chica muy bonita y madura durante su tiempo en el exterior. Luego de ponerse al día resuelven que se quede a vivir allí mientras sigue sus estudios en el mismo instituto que Kouichi y su otro amigo de la infancia, Kazuki Aihara. Los tres van a vivir romances con personas de la escuela, ayudándose y aconsejándose entre sí en un terreno tan difícil como el que suponen los amores de la juventud.

El sentimiento que provoca Kimikiss al verlo es realmente muy parecido al que transmite también Amagami. En ambos se siente una atmósfera de crecimiento, momentos de felicidad y dificultades ligadas al primer amor. Lo cual no es de extrañar, puesto que ambas series comparten al creador.

En el pasado, Kazuya intentó emprender sin éxito un montón de actividades durante su tiempo libre, pero ninguna parecía hecha para él. Aún así, su esperanza de encontrar una que se ajuste a él se renueva del todo cuando su padre le regala una cámara digital réflex. A Kazuya le encanta el artefacto y su diseño, y por eso mismo decide a ingresar al Club de Fotografía de la escuela. Pero aquello, al parecer, no sólo viene a rellenar sus espacios de tiempo vacíos, sino también a ayudarlo en su vida social y hacer que se encuentre con personas a las que tal vez nunca les hubiera hablado si no fuera por la cámara.

Photokano también sigue un formato en el que se ven los diferentes romances posibles entre el protagonista y las chicas por las que se siente atraído. En Amagami cada arco comenzaba desde el principio, borrando en el proceso todo lo que había habido antes, pero en Photokano hay varios capítulos introductorios continuados en donde se nos presentan todos los personajes y algunas de sus historias, y sólo después de que termina arrancan los arcos románticos. Cada uno empezando siempre luego de lo que vimos en la introducción. Otro dato no menor es que ambas comparten el ambiente escolar. Todo puede pasar en una escuela, ¿verdad?

En Amnesia es una chica quien se ve rodeada de varios muchachos que representan posibilidades amorosas. Ella no tiene nombre, y se despierta en un mundo ficticio sin ningún recuerdo. Mientras sigue ensimismada en la confusión, empieza a ver a un espíritu joven que habita en su cuerpo, llamado Orión, quien se presenta sólo ante ella y parece tener algo que ver con su amnesia. La chica vive aquél día y conoce a un muchacho, pero cuando termina todo vuelve a empezar. Siempre es el primero de agosto en la historia con la única diferencia de que el chico al que conoce varía, nunca siendo la misma persona.

Como Junichi en Amagami, la protagonista de Amnesia se acerca en cada arco a diferentes intereses amorosos y explora la relación que puede formarse, siempre volviendo al inicio para empezar el siguiente arco. Sólo que en este último hay que tomar la trama como un todo: que existan múltiples historias superpuestas no hace que se nieguen entre sí. Veran que todo cobra sentido hacia el final.

Y ahora nos movemos hacia un lugar distinto. Tenemos ante nosotros un anime que no está precisamente orientado hacia el romance, pero sí lo incluye entre sus varios elementos. Como en Amagami, existen rutas que ahondan en la relación del protagonista con cada chica, pero en este caso no se dan en formato ómnibus: todo lo que ocurre permanece intacto, y cada arco es una continuación del anterior. Por eso mismo, Yuuji Kazami no suele ir mucho más allá de lo permitido por la continuidad de la serie con cada chica. Pero conoce sus historias, las ayuda y se involucra con ellas.

Yuuji se transfiere a la Academia Mihama intentando llevar una vida escolar ordinaria, pero lamentablemente eso no es lo que le espera. Las únicas estudiantes inscriptas en la escuela además de él son cinco chicas, y el contacto con ellas se vuelve inevitable. Cada una carga consigo una historia trágica o experiencias traumáticas que se abalanzan amenazantes hacia el presente, poniendo en riesgo su estabilidad emocional. Ahí es donde Yuuji les sirve de sostén. Frío y duro, con habilidades excepcionales, un pasado misterioso y un alma distante; parece ser justo lo que ellas necesitan. Es que, en la Academia Mihama, coexisten todas aquellas frutas que cayeron demasiado lejos de sus árboles y que empiezan a degradarse lentamente. ¿Será Yuuji lo mismo, o pasará a ser él quien las salve de sus tormentas internas?

¿Qué sería lo peor que podría pasar si Junichi de Amagami viviera sus romances con todas las chicas al mismo tiempo? Probablemente School Days sea la respuesta a esa pregunta.

En School Days, las hormonas de Makoto Ito desbordan sin control. En un principio, se enamora de una chica a la que ven en el tren todos los días, llamada Kotonoha Katsura, que también asiste a su misma escuela. Makoto le saca una foto con su celular cuando está desprevenida, y más tarde su compañera de clase, Sekai Saionji, la descubre. Ella se compromete a orientarlo y ayudarlo para que inicie una relación con Kotonoha. Logra hacerse amiga de la chica y empujarla hacia Makoto, pero al mismo tiempo también se le acerca, confundiéndolo. Y todo se empieza a desmoronar cuando los límites entre los tres se vuelven cada vez más difusos. En School Days también vemos de cerca, en diferentes momentos, la relación entre el protagonista y sus intereses amorosos, pero en lugar de centrarse en una sola, Makoto las elige a todas a la vez y eso sólo puede llevar al desastre.