¿Te gusta Re:Zero? Juega estos tres videojuegos

Max Caulfield es una joven universitaria estudiante de fotografía y protagonista de Life is Strange, un juego casi tan hípster como ella. La introvertida chica descubre tras presenciar la muerte de su amiga de la infancia, Chloe, que tiene la capacidad de regresar en el tiempo, aunque no comprende cómo es que logró hacerlo. Max le sacará provecho a su nueva habilidad, descubriendo la responsabilidad que un poder tan grande conlleva y cómo todo acto, por minúsculo que sea, puede tener consecuencia tanto catastróficas como benéficas.

Además del obvio paralelo que podemos establecer entre Re:Zero y Life is Strange gracias a la idea de regresar en el tiempo y cambiar el curso de los hechos, ambas obras se asemejan por el ambiente juvenil en el que se desarrollan. Life is Strange está situado en el mundo real y Re:Zero en uno de fantasía, pero eso no impide que ambos exploren una edad de transición, donde nos conformamos como individuos.

Así como Subaru es, en realidad, una persona común arrojada dentro de un mundo completamente ajeno al que conoce, las situaciones a las que se enfrenta Max, aunque todavía situadas en el mundo real, se escapan de lo que una muchacha de su edad debería enfrentar. A lo largo del juego vemos un progreso evidente en el personaje de Max. Esta joven comienza su vida en el extraño limbo que existe entre la infancia y la vida adulta, donde nos conocemos mejor a nosotros mismos y, junto con la ayuda de los otros, encontramos nuestro lugar en la Tierra.

Gracias al poder de regresar el tiempo, Max comienza su propio viaje de autodescubrimiento. Su aventura la empieza como una joven sumamente introvertida y tímida, que demuestra bastantes problemas de confianza. Le cuesta trabajo entablar relaciones con otras personas y cuando lo hace, permite que el tiempo las erosione. Es a través de todo lo que enfrenta, aquellos eventos traumáticos que tiene que revivir múltiples veces y aquellos que no puede cambiar que se fortalece como ser humano y enfrenta todos esos defectos que negó de sí misma por mucho tiempo.

Si existe un juego emblemático que te permita regresar en el tiempo para cambiar tus acciones, ese sin duda alguna es The Legend of Zelda: Majora’s Mask. El segundo juego de Zelda que salió en la Nintendo 64 tenía un desafío muy difícil enfrente de él: relucir de forma propia después de que su antecesor fuera coronado desde su lanzamiento como uno de los mejores juegos de la historia. Para muchos, Ocarina of Time fue un parteaguas para la industria, que delimitó un antes y un después.Majora’s Mask tenía que superar eso. Ouch.

La forma en la que lo logró fue tomando todo lo que funcionaba de su predecesor y puliéndolo hasta la perfección. Si bien es cierto que el impacto cultural de Majora’s no se compara con el de Ocarina, esto no demerita los logros del juego. En primera, esta secuela se permitió tomarse más en serio la historia e incluir personajes tan memorables y extravagantes como Skull Kid y Happy Mask Salesman. Con decirte que Majora’s Mask logró que tu hada acompañante no fuera para nada tan molesta como lo fue Navi, lo que es un logro enorme por sí mismo.

Pero basta de historia de videojuegos. Re:Zero es lo que nos concierne en esta ocasión. Majora’s Mask puede establecer un paralelo con dicho anime al tomar un mundo alegre y colorido, como los que caracterizan los juegos de Zelda, y cubrirlo con un aura de peligro y tensión constante. Link ya no se encuentra en Hyrule, por lo que los desafíos que enfrentará son distintos a los de su reino natal. El más memorable de todos es la enorme y perturbadora luna que amenaza con destruir el mundo en tan solo tres días si este héroe no hace nada para detenerla. Pero tres días es muy poco para evitar tal catástrofe. Por suerte, el hyliano será capaz de regresar el tiempo un máximo de tres días para la meta final de Link es más que salvarse a sí mismo. Todas las acciones y sacrificios que hace en su aventura es para ayudar a todos y cada uno de los habitantes de Termina.

Evidencia contundente de esto son las diversas side-quests disponibles. Muchas de ellas no te ayudan absolutamente en nada para impedir la catástrofe, pero aun con el tiempo (y la luna) encima, Link se da la oportunidad de ayudar. Las motivaciones de Link, como las de Natsuki Subaru, no son del todo egocéntricas. Sus aventuras, también, están acompañadas de mucha tristeza y sufrimiento, tanto para nuestros protagonistas como para sus seres queridos. Pero es la determinación de ambos la que les permite sobreponerse a todas las probabilidades y superar su máximo desafío. Y aunque la habilidad de regresar en el tiempo podría parecer todo lo que uno necesita, no debemos subestimar las consecuencias que tienen en aquél que las usa, así como el precio que debe pagar para hacerlo.

Para muchos, la experiencia de Subaru puede resumirse en una sola palabra: sufrimiento. Tanto así que fanáticos de habla inglesa lo han bautizado como “Suffaru”, haciendo referencia a la palabra “suffer” (sufrir). Porque a pesar de lo colorido que puede ser en muchas ocasiones el reino de Lugunica, fue todo menos miel sobre hojuelas para este pobre hikkikomori. Su habilidad en la historia significa que moría muy seguido y, con frecuencia, de forma bastante dolorosa tanto de forma física como emocional. Claro que en su aventura conoció a grandes aliados, amigos e intereses románticos, pero ¿valió la pena todo el dolor que atravesó? Quién sabe, la verdad.

Hablamos de todo esto porque si hay un videojuego que evoque un miedo y tortura psicológica similar al que los eventos de Re:Zero produjeron en Subaru, ese seguro es Dark Souls. El mismo nombre de esta franquicia se ha vuelto sinónimo de “dificultad sádica”, a veces llevando esta noción hasta lo absurdo. Con tal fama, cualquiera podría pensar que Re:Zero y Dark Souls son la mezcla perfecta y que están destinados a siempre estar juntos. Una pareja hecha en el cielo. Y, o sea, no nos malinterpretes, estas personas hipotéticas en definitiva no están equivocados, pero creemos que hay un juego que encaja un poco mejor todavía con este anime/manga/novela ligera y se llama Nioh, el primo más oriental de Dark Souls.

El ambiente de Dark Souls es una mezcla de lo gótico con lo medieval. Por su parte, Nioh se sitúa entre los periodos Sengoku y Edo (alrededor de 1600) y como inspiración no solo toma las construcciones y apariencia de Japón, sino también su mitología al incorporar diversos yokai. El mundo de Nioh es notoriamente más de fantasía que el de Dark Souls. Y aunque su fantasía sea más oscura que la de Re:Zero, creemos que el universo que Nioh construye puede gustarte si disfrutaste el de la serie.

Otra similitud que comparte Nioh con esta obra es que ambos protagonistas, de cierta forma, son completamente ajenos al mundo en el que toma lugar su aventura. William, protagonista de Nioh, es un irlandés que llega a la tierra del Sol Naciente persiguiendo a un enemigo. Ya en Japón, William establece una alianza con Tokugawa Ieyasu, ambos buscando lograr sus intereses con esta asociación. A pesar de ser un verdadero extraño, William tiene que aprender rápido las reglas del nuevo país. Claro que visitar un país extranjero no es tan radical como llegar a un lugar completamente ajeno a nuestro planeta, pero esta aventura toma lugar en 1600, por lo que creemos que para un irlandés de la época no hay mucha diferencia entre visitar Japón y Lugunica: ambos son igual de exóticos.

Pero si estás aquí, es para sufrir. Para tu buena/mala suerte, Nioh está más que feliz de complacerte. La alta dificultad del juego provocará que mueras en más de una ocasión. Claro está que podrás intentarlo de nuevo, pero cuando caes en combate pierdes tanto la experiencia que habías acumulado como dinero. Puedes intentar y volver al lugar donde falleciste. Si lo logras, podrás recuperar lo perdido, pero si fallas, puedes decirle adiós para siempre.

Al igual que Subaru, tendrás que aprender de tus errores y practicar, practicar y practicar hasta que mejores lo suficiente como para continuar. Igual que el protagonista de Re:Zero, tú como jugador empiezas con habilidades muy reducidas, pero estas se pulilaran a través de cada error, cada golpe y cada muerte que sufras en tu travesía. ¡Buena suerte, samurái irlandés!